jueves, 12 de julio de 2012

Retrospectiva de una historia similar



"...Vuelve, vuelve a soñar, inventa las precisas realidades.."
                                      Gastón Baquero

                                          Victor Manuel  


Trataba de una mujer de donde el río es una crin naranja,
allá donde el flamboyán tiene una sombra propia
y la montaña cree en el oro del fondo de sus baúles.
La miraba aparecer como el hambre
y ella iba y venía, registrándose a su antojo
y siempre con más palabras que mosquitos en el aire.
También parecía que sonreía, sin embargo, su dolor
era un pájaro caído, un niño sin brotar
sollozando al borde de la fosa,
o el desaparecido, bajo el embudo de su dios más fatigado.
Su corazón brillaba en un cerco de espinas
mirando sin cesar el hogar antiguo;
y se fue corriendo hacia ninguna parte
como un amor sin planisferio,
como una copa manchada de esperar
las gotas incontenibles del cuerpo aquél.
Lo escribí hace mucho, o al menos esta es la esencia...
aunque ahora que lo digo…no sé si realmente lo escribí
o me remonté, a cuando supe que la tristeza
era un astro mayor que nos abduce, en sus puertas fallecidas.
Después, apareció delante por un canal secreto...
por eso no digo su nombre en este umbral de denso follaje;
y lo cierto es que me esperó borrada en la colina,
le miré su estrella y se percató de la arcilla en mis manos.
Al final comprendí su feérica espantada,
aunque le faltaba un lunar en la mejilla
y la alegría ya se disculpaba,
 porque tampoco la tarde sangraba conmovida.





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