jueves, 12 de julio de 2012

Itinerario de un solo día



 Poema V  (Fin de la aventura)

                              Tomás Sánchez

El amor como la roca azotada
  

Mi pensamiento no entiende de secretos,
por momentos dan vueltas conmigo,
se apartan con urgencia como un demonio
personal en procesión
y queda retenida la impaciencia.
Ahora mismo abandona sus extremos
y hemos llegado a nuestra cumbre.
La zaga es nuestro favor, mansa, decisiva
y dívea en nuestras almas.
Hay una cuerda invisible, alas de arpegio
y nudos del bosque más distante,
ahora sólo el mar que en un rozar imperceptible
se hace en mi mano.
El amor ha sido un túnel hermoso entre los signos
y la memoria gastada como enormes peñascos
conteniendo la sensibilidad de comprender
la roca azotada con años,
o la ancha y floja arena del preludio duradero.
Es la Isla corteza, finita en su señal azul
y joven concha orneada, como fuente
de jardín en su abolengo.
Le dejaré mis copas emparejadas,
encallaré la pena que no ha nacido
en la mansedumbre de su cerviz
en el espíritu del aire molido
en el ritmo de la respiración 
y los misterios de la soledad.
Como un pintor comprometido en sus líneas abruptas,
recordaré este viento alegre 
de sus costados capturados
en barrancos
en mi espacio
en mi oxígeno
en el recuerdo eterno de mis hijos
proyectando su inmortal película,
en fuga de esta realidad.





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