No
te amansa el término
ni
la balanza que arrecia convidada.
Confiarle
a otras manos
lo
que las tuyas no alcanzan
llevarte
a la aurora, apenas testamento
dormida
en tu cadencia usurpada.
Pensar
que en el papel moneda
no
está inscrita la moral
con
ganas de una última caricia
y
este no acurruca en usura
ni
perciben el iris que germina con premura.
Piensas,
piensas, te disgregas
cernida
en otros niños
que
en su copia aguardan y empujan astutos
hacerte
sonreír
pordiosera
asiduidad
brisada
metafísica del rígido sudor
condenada
separación de hacer aquello que te debes.
Agarras
todo con tu médula y peor, trabajas
pero
nadie adensa más que tu recuerdo
mientras
avanzas tan vacía...
No hay comentarios:
Publicar un comentario