miércoles, 18 de julio de 2012

Alguacil de las rendijas



Temo perder la fama entre aquellos que llamarán a este tiempo el tiempo antiguo
                                                      Dante: Paraíso.

(Aquellos críticos ocultos y silenciosos que nunca dicen nada)

Nos observa el alguacil de las rendijas
dicen, que con tentáculos y belfos secos
de un sorbo colecta las historias y guarda tesoros, escudero de su gleba.
Nadie queda a salvo, muy alta la conciencia nunca escucha su crujido
bebiendo de monedas voraces, succionando tesoros de ciudades
y garras de poetas en un río crecido, indiferente ante su pistola de codicia.
La palizada se declara sombra, en ella los cantos en manadas
guardan perfiles y calendarios hacia adentro, gajos sueltos
que no transcurren en la realidad de otros sabores.
Todos cavan besos en la intimidad a leguas miles
servidos en pedazos de impoluta porcelana, vigilada por genes de su pólvora





8 comentarios:

  1. Ana María Hernández25 de septiembre de 2012, 7:14

    Comentario de ANA MARÍA HERNÁEZ el septiembre 3, 2012 a las 4:24pm
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    EXCELENTE TU VERSAS AMIGO Y AL QUE LE TOQUE EL SAYO PUES QUE SE LO CALCE
    TE FELICITO

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  2. Norma Alicia Estuard25 de septiembre de 2012, 7:14

    Comentario de Norma Alicia Estuard el septiembre 3, 2012 a las 5:47pm
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    Seguramente estemos rodeados Manu...besos amigo...Norma

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  3. Comentario de Antonio el septiembre 3, 2012 a las 10:24pm
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    Bastante elocuente el verso. Así que estamos avisados

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  4. Comentario de Manuel Jesús el septiembre 4, 2012 a las 2:18am
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    Todos cavan besos en la intimidad a leguas miles
    servidos en pedazos de impoluta porcelana,
    vigilada por genes de su pólvora.
    TU PROSA POÉTICA ESTÁ LLENA DE VITALIDAD, RITMO ,,,ME GUSTARON ESTOS VERSOS

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  5. Comentario de Adela Corporaal el septiembre 4, 2012 a las 4:01am
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    Esos genes de la pólvora quizá sean los que se ponen en alerta para los desmanes, para socavar identidades y desmenuzar lo ajeno sin desperdicio de las bocas ni los besos, sin la rimada astucia que no encontrarían en sus bolsillos huecos, ni la intensidad que en el alma del poeta vibra con la pasión deseable del dañino rufián que se escuda en su rendija, en la torpe telaraña de las sombras donde la voracidad de ser lo que no se es, no repara en antagonismos con la decencia, ni se perturba el sueño porque en las sombras enhebran sus tejidos pegajosos, salpicados de la indecencia que ocultan tras una sonrisa que imita al desprecio.
    Manu querido, seguís siendo mi "piedra de toque", es indudable, te leo y me salen palabras a raudales. En otra vida hemos sido hermanos sin dudas, y siameses!
    Te quiero mucho, amigo mío, te abrazo y a tu familia. Un beso al cachorrito, no olvides dárselo.
    Adela

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  6. Comentario de Aur R.C. el septiembre 4, 2012 a las 6:05am
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    Sabemos que nos vigilan, siempre lo hemos sabido , porque hay muchos que el vigilante lo tienen dentro, otros dejan que su rima se derrame en otros sabiendo que su vigilante interior ya desaparecido es sustituido por el gran vigilante, que en forma de envidia, plagio, mentiras y egoísmo siempre está al acecho.
    ¡Que fuerza Manuel!. Un auténtico placer
    Un saludo
    El tuareg

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  7. Comentario de Crisitna Validakis el septiembre 4, 2012 a las 11:50pm
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    Nos observan? qué sensación!!! quién no la ha sentido? en el espacio intermedio entre la locura y la realidad, nuestra intimidad no está a salvo. Tal vez nunca... Gracias por compartir este texto profundo y que lleva a la reflexión... Abrazo fraterno.

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  8. Comentario de Manuel del Pinar el septiembre 4, 2012 a las 9:51am
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    Gracias amigos. Yo soy un aprendiz, un tartamudo que aprende de ustedes, que copia el sonido de los versos, el deje de un poema enamorado, el perfume de una prosa desenfadada y sin complejo, la impronta de un soneto convertido en ramo, en canción que nos solventa, y el merecido postre en la apetencia de relatos primordiales. Todo está aquí. Lo tenemos delante y recibimos su enjundia. Ojalá que yo también contribuya a eso también.
    Cuentan las historias del Bateau Lavoir de Montmartre, a quien Max Jacob bautizó como "El laboratorio central de la Pintura",que Picasso les copiaba a todos. Juan Gris, Modigliani, Foujita, Van Dongen, Brancusí, Braque y aquellos visitantes conocidos artistas de la época. Al entrar Pablo Picasso a cualquier habitación ajena, colocaban los cuadros contra la pared. Sin embargo, después resultaban auténticos Picassos. Porque las influencias están para tomarlas y beber su pócima traslúcida. Algo quedará de la metáfora que sobresale como un friso invocando a musas muy lejanas. Algo nos debe quedar de la calidez inagotable y jovial de nuestros gestos. Les recomiendo una obra en particular. Soy un devorador, un cazador neutral y entusiasta de la pintura. Por eso les exhorto a que vuelvan a mirar, por ejemplo, los cuadros: Guitarra y mandolina de 1919 y Pipa y periódico de 1915, de Juan Gris. Luego, Mandolina y guitarra de 1924 y sus collages junto a Braque. Muy parecidos, casi los mismos motivos, pero enriquecidos por el genio separado de cada uno en su visión particular.
    Un abrazo a todos

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