jueves, 12 de julio de 2012

Itinerario de un solo día






Y de pronto la felicidad se vuelve una costumbre

                                 André Derain 


Poema I

Apenas descanso, ahora que el trabajo queda difundido
sin solidez, y un sabido abandono dicta las promesas
de la incertidumbre.
Y callo, soltando este caro juguete que destina esta mirada
en el rodar, rodar sin los ídolos del paisaje,
entre barbechos resignados y tan ajenos;
huyo en el paseo, rompo el aire; búsqueda transparente
y miro sólo al frente, humillando los costados luminosos,
los fondos sin palabras, sin sonidos del entorno.
Me deslizo, adorando la visión tornadiza
y,  desatado en los caminos disueltos en oro,
huyo sin saberlo.
Huelo el perfume cálido del campo
guardado en breves frascos, signos suculentos de la vida
sobre esta soledad que brilla en el zumo
de sus perlas diáfanas.
Arriba rugen los aviones con naturalidad
y las gaviotas gimen, ante la evidencia plácida del cielo
con sus nubes clásicas  haciéndose notar en un techo liberado;
no he sentido mis pasos…mi ternura ya no rueda
y a veces pienso que voy de salto en salto
con mis ojos llenos de pendientes de utilería
y espejos que advierten los huecos de la noche,
en donde acomodo mis escombros.




No hay comentarios:

Publicar un comentario