miércoles, 11 de julio de 2012

La tarea ardua de apartarme

                                             Willem de Kooning






 Es mi verdad salirme fuera
no ocultar esta cosecha lejos de la palma de mi mano
y aceptar la melodía tibia de sus asas.
La voz no corresponde al intercambio
no fertiliza mi naufragio, bordada de aserrín;
y es humo enmascarante, un cielo turbio obligando
a silbidos moledores.
Hace una vida entera que les oigo y sufro geografías de nieve
¡landas innumerables...!
y siento como arruinan la entrega ardua del sinsonte
nombrando la desmesurada jungla, y esas tristes velas
que no son émbolos de Baudelaire
optimista campeador.
Me construye la inquietud insulsa de ramas tapizadas
y hoy los perros pierden sus colmillos
mordiendo mi tapia de Carrara.
Entonces, desgajado apenas usaba este grafito,
hasta que una mordida en mi pestaña dejó pasar la suficiente luz
y ahora crecen las uñas como mismo escribo
e ilumino la odisea de intrincado negro, en la mentira de los ojos
y entre los abiertos telones que de nada sirven.
Para hacerme esta armadura, he cortado un pedazo de mi infancia
y embalsamado lo que pude salvar de mis aciertos por placer…
lo sigo haciendo…y pasado el tiempo e intactos los vientres minados por amor,
se ofuscan las fieras a mis barandas de sal,
lejos de la palma de mi mano, donde se alza el contrapeso
y la armonía atisba los frutos bendecidos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario