"... Yo andaba, andaba, andaba
en un andar en andas más frágil que yo mismo,
con una ingravidez transparente y dormida
suelto de mis recuerdos, con el ombligo
al viento..."
Emilio Ballagas (1910-1954)
( A ti mujer)
Carlos Enríquez
¿Te has fijado lo joven que estás sin los zapatos
y sin esa vestimenta que merma el ala
simple e impetuosa de abrazarme…?
simple e impetuosa de abrazarme…?
Nadie me puede discutir la belleza de la ceiba
soportando los embates donde cualquier mortal,
medroso de alcanzarle, pretendiendo el punto firme
cejaría o intentaría el flujo de sus vueltas efímeras
soportando los embates donde cualquier mortal,
medroso de alcanzarle, pretendiendo el punto firme
cejaría o intentaría el flujo de sus vueltas efímeras
y la luz aclama su balanza de egregia lumbre,
allí donde las noches apenas segregan
una gavilla de estrellas sofocadas
una gavilla de estrellas sofocadas
y entonces, los adobados corazones estrujados
por las notas amargas se tornan frutas
que cuelgan madrugadas utópicas y cáscaras
rituales en el torso irregular de su raíz.
por las notas amargas se tornan frutas
que cuelgan madrugadas utópicas y cáscaras
rituales en el torso irregular de su raíz.
Pero, de nuestro jugo emana esa delicada orática
de amarme y así no dejo de adorarte,
aunque te mal vistan: la neblina, la lluvia
de amarme y así no dejo de adorarte,
aunque te mal vistan: la neblina, la lluvia
y los tornados o el smog, las cortinas,
los perros y gatos, las sábanas y cubrecamas,
los manteles y uniformes con corbatas, la gente,
los perros y gatos, las sábanas y cubrecamas,
los manteles y uniformes con corbatas, la gente,
esmerados todos en desfilar por tu sombra
y tus descalzos pies para empañarte los retratos
juramentos en mis ojos camuflando tu áurea
carne pura cubriendo tu nobleza.
y tus descalzos pies para empañarte los retratos
juramentos en mis ojos camuflando tu áurea
carne pura cubriendo tu nobleza.
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