miércoles, 11 de julio de 2012

Mi ceiba



"... Yo andaba, andaba, andaba
en un andar en andas más frágil que yo mismo,
con una ingravidez transparente y dormida
suelto de mis recuerdos, con el ombligo
al viento..."
              Emilio Ballagas (1910-1954)

        ( A ti mujer)

                                         Carlos Enríquez


¿Te has fijado lo joven que estás sin los zapatos
y sin esa vestimenta que merma el ala 
simple e impetuosa de abrazarme…?
Nadie me puede discutir la belleza de la ceiba
soportando los embates donde cualquier mortal,
medroso de alcanzarle, pretendiendo el punto firme
cejaría o intentaría el flujo de sus vueltas efímeras
y la luz aclama su balanza de egregia lumbre,
allí donde las noches apenas segregan
una gavilla de estrellas sofocadas
y entonces, los adobados corazones estrujados
por las notas amargas se tornan frutas
que cuelgan madrugadas utópicas y cáscaras
rituales en el torso irregular de su raíz.
Pero, de nuestro jugo emana esa delicada orática
de amarme y así no dejo de adorarte, 
aunque te mal vistan: la neblina, la lluvia
y los tornados o el smog, las cortinas, 
los perros y gatos, las sábanas y cubrecamas, 
los manteles y uniformes con corbatas, la gente,
esmerados todos en desfilar por tu sombra
y tus descalzos pies para empañarte los retratos 
juramentos en mis ojos camuflando  tu áurea 
carne pura cubriendo tu nobleza.




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