miércoles, 26 de diciembre de 2012

Luces para un árbol



He aquí la dilecta fecha
devanada por sables de luz
y loros propalando fiestas.
Espejos de sombras caras
en rascacielos de una planta,
venciendo al humo que prosigue
hacia el embudo sueño cuestabajo.

Mi piel aún fresca ofrezco
y que el anzuelo deje su punción
en mi ladrillo con tal de que repitan;
repetir el fulgor de sus medallas.
Y me ciego, enmudezco de gracia y afán
si un polizonte hiciera falta,
a la cruzada sutil del almanaque.

Brillan mis pupilos, vuelan sus ojos
entonces, el espejo alumbra  pobre
sobre el pino sabio de piruetas trotacalles.
porque asumen frentes las lucetas,
aleteo de cocuyos inhabilitados
en sinsabores coros de edificios reiterados,
que de ruinas más lejanas nos distingue el astro.

Júbilo nocturno y fecha de lustre agio
para mojar la sequedad del habla,
con luciérnagas en lomos de fachadas
y desde el metatarso, o del plebeyo árbol
de la concubina acera también cuadriculada,
la espléndida mirada alba.



domingo, 16 de diciembre de 2012

Afato


 Tivadar Kosztka



Pasarela de carne y del entorno.
Tranvías cosiendo heridas de la calle.
Árboles simiescos con muñones y bolitas
y huelga de erres: ramas, robustez, raciocinio,
ruiseñores labios en huelga de trastienda
y supina estupidez de caraduras.
La ligereza del aire que observa
guaguacon su otro nombre,
nueva vestimentamenos metralla
por sus fiables panzas envidiadas
en cualquier metropolitana cicatriz.
Caníbales honrados pero hambrientos
de amor arrendado también en la mañana.
Quijotismo comerciante con greyes
engañados, entre reformas frías
para aventones tórridos.
En lo que sudo mi orilla y me desvelo
les veo, desde mi afato de avalancha turbia
que pierde luna y se aclara:
mi historiauno más mirándola rondar;
el dorado revólver nos rondaba, la verdad
dicha a martillazos a conversar.
-suerte de mi espíritu sincrónico que cruje-
Este alcornoque que cumple otro año
en mis casillasembrando mis escritos,
el libro que esconde en sus anillos,
su cáscara dócial crepúsculo 
y el peso de mis arreos con vendavales
críticorecorriendo la oquedad
del tallo de mi vino acompañante.
Mis ojos ejecutan su verde de árbol
en mi corazón todo lo posible.
Una mujer, la misma y los otros, los mismos
los que ni se quieren y especulan y se juntan
cuando dios los separa con justicia.
Irreparables imbéciles los mismos buhoneros
que orinan de súbito guirnaldas
de agua sola, sobre la caída sombra
donde ruge un sol que duerme
huido también de la ciudad,
mientras ni siquiera pienso esta navidad.





viernes, 14 de diciembre de 2012

Nocturna mañana sin molestias, sólo el trémolo de rocío


                                          Karl Schmidt Rottluff



Inconsciente brecha hay en el tiesto de pajas
donde cierto día se ensañó la nítida belleza.
Una leve sapidez de achicoria en mi voz,
cuando estrías de un fracaso he visto;
con hamacas, columpios, interdictos
y tiovivos odisiacos sin parar turbio sentido
de expresar hollejos del diafragma y anhedonia.
Escalan rasgos de engullir, gárrulo de suspiro
con teoremas lanzados a calzar oligofrenias.
Nadie deberá subirse en paralelo puente,
ni volar siendo serpiente o roedor en extravío.
En el marabú un bucólico  lirio fértil
pasa por debajo, e ilumina por igual el humedal
que también tuvo vida detrás de su Thera explosionada.
Nadie suspende notas de morir en blanca huella.
¿por qué cortar esta leche que bebí?
¿qué evitar si ya eyaculo lo mismo en mis crecidas?
Nadie sabe de mí, nadie me visitó a la cárcel que no fui,
a la guerra en que morí, al cielo que bordé de calma
con balanzas de óleo y consentidas anteojeras,
excepto la Freyja que viene a asir mi gemido magma
y ese otro que soy yo, el invisible hacedor
disparando glándulas de amor, venas cercanas al amor
cuando resalto mis hernias de la poesía diáfana.
Nada soy hoy y lo soy todo en ablución de prados
y playas coherentes ondeando mi cintura.
Nada perderás tristeza si me olvidas, pues, el rocío
no es un remanente, sólo un río sin errata de corriente.
Yo digo aquello de copiarle al alma su caballo
y destramo el valle de papel con leve fuste.
Tan blanda es mi lorica segmentata
que es vencida por la flor intrépida
y ni puedo ocultar los signos de mis canas tímidas.




martes, 4 de diciembre de 2012

Panfleto para otro fin del mundo







                                  Xul Solar


¿Qué hacer con la mueca que cuelga de los árboles heridos…?
¿ser la misma mueca…perder el amasijo del color,
de las partes que alimentan,… acaso responder me hace camino?
Pero no es sólo un árbol el que la fronda pierde,
no es un bosque sin gestación lo de esa lágrima furtiva
que asierra muerte para ser un charco pulcro.
Hay hombres talados cegados desde adentro,
años humillados por carne de alimañas
que en sus troncos podan los retratos ahora mismo
e inseminan sin vergüenza sus míseras doctrinas.
Ya no hay nada que esperar para el fin del mundo,
si el final ya estuvo oculto y fue el inicio,
el inicio cruel con muy pocos humanos al servicio humano.
Ya no sueño con decir, ahora vomito mi abstracción,
me consuelo con mirar las hojas secas
-al menos invadidas por nuestra rara especie-
cada una tiene un verde sustituto, un surco desnudo,
un tierno gorrioncito que pasea al alba su gotita de silencio;
pero el hombre pierde sus ojos, brazos piernas,
y al tornarse vegetal la vida le desprecia.
Siempre se hablará lo mismo-es costumbre inmemorial-
y el final se peina frente al mismo sol más duro quizá,
que no sabe del árbol aturdido y sí del mundo lastimado
en plena efervescencia y dolor sin expirar.




lunes, 3 de diciembre de 2012

Los fósiles diarios



                                 
 
 Stephen Koek Koek


La soñolienta espera piensa un mar.
Se abre camino dada al cuerpo hondo
pero no hay cuerpo en la voz, ni los pasos
en la cama conducen a la paz humilde de la gratitud.
Sigo mi vida secreta, aspiración que aprende soledad
ya sin rincones cuando la mirada cae en retroceso,
para herirme con las hojas afiladas de las mismas puertas.
Siento mis modales enredados por asco,
de contagiados excrementos atragantados
en razones pigmeas, que pasean insultos ofensivos
y son flores aparentes, corazones incumplidos
con que la muerte acrecienta la botija de la vida,
aunque sólo aspiro a dormir mis transparentes tripas
navegando su estupor a rastras, como el humo
en que se duermen estos fósiles diarios.




domingo, 2 de diciembre de 2012

Nota secreta



                                  Juliette Aristide

No hay fisuras en esta playa que se forma mientras cavamos en la cima de las apreciaciones. Sólo existe tu nombre bienaventurado más allá de una logia azul con zafio océano de por medio, un sueño parado para verse de lejos, un dormido ángel que se desvela en nuestras notas, además de un milagro sin cabeza que asiente y nos aplaude con sus plumas veraces de asistirnos. Un amor al contado nos paga tanta espera, mientras ensombrecen las coronas que un día (sin razón aparente) colocamos en la plétora de un supuesto, que terminó ensayando espurias mariposas condenadas al fracaso.



viernes, 16 de noviembre de 2012

Soledad





Lovis Corinth


Lo que ha venido a suceder
a mi par de rocas alígeras
no sé si es el agua; astuta humedad traviesa
rompiendo la semilla del poema a ras del suelo.
Ha debido ser una caída atragantada
en el techo pulcro que aún no me alcanza,
el techo con sus cargadas lonjas blancas.
¿O sólo necesitan ellos comprobarse?
Su oftálmico ademán de exprimirme
la llama que no existe en mi cordura.
No es el momento –pienso- de borrar con agua clara
el estirado jardín de mis fantasmusas
y nublar su inalienable masa de memoria.
A ese standing de muerte nada de translucidez
ni le cedo el agua que dispongo aquí en mi tuero;
porque a su arruinada bocanada no le sirve
la herramienta árida de mi incauto silencio.
Todo lo que necesitan mis haces incorporados
es la cintura batida que subsiste a la paciencia.
Todo lo que puedo disparar son versos tenues
en su altar, como un aguacero inválido
que le enredo el hábito de fruta lista.
La curvada soledad crea joyas aladas
que elevan sus timbres, rajan el aire
amasando el nervudo soplo furibundo
de pedir amor naturalmente.


jueves, 15 de noviembre de 2012

De noche y ya soy distinto






Joaquín Sorolla

La noche a la mitad
oyó decir un agua sola,
el humo del recuerdo la enturbiaba
transfigurando el reposo afilado del desnudo.
Enfrente diciembre me ha aguardado
sin fascinarme nunca, puliendo sus evidentes ceñiduras
y clava un éter oxidado que pare mis vacíos.
¿Por qué el agua piensa?
Su flor dormida, mi  única petición
mi carta elástica, mi evadente trasfondo
mi regalo tomado del jardín
y la hipócrita vestimenta
en dorsal volumen concurrente,
su virtud enorme de ser fiesta hermética
y de espaldas a la suma.
Tan sencillo como el agua que suda
mi tallo tan distinto como el verso
que pierde su humedad proclive,
su algebraico sistema que en valva
dejó hundir la gradual naturaleza.
Mi silencio es mi desorden gastado,
huraño contrapeso que destella mi ceño
a punto, suspira en glandulares minas y beso
laberinto, abstraído por pedazos y sobremesa;
nada para la caducidad de un brindis
de oidoras tendencias y mucho de la gracia aérea
al ceñido interior, con la astilla sonámbula
que circuya mi perenne y testigo sueño.



martes, 13 de noviembre de 2012

Contorsionada espera



                    
 
M. Muñoz



No perderé la expectativa
abriendo mis brazos vacíos.
Continuará mi oquedad en esta orilla
que revienta limpia por mi sana herida.
Estaré quizá durmiendo cuando toquen
la invisible aldaba de alguna tesis, 
donde el sonido del silencio tendrá que caer
como las tristes hojas que sueñan sin cesar,
durante esta queja de mes sin redondear
mi preñado zigzag en la silueta.
Vivo en la ventana, aprendo a condensar
la lluvia blanca en las uñas vivas del mismo cerezo
lo sé, (esto lo pongo en duda caudalosa)
sobre el torvo azul que atina mi gráfica abstinencia
paradoja forma de ocultar mis armas,
para sentirme siempre en primavera
un transcrito párpado sucesivo y melancólico lector
de chafado roble en copia veraz de mis raíces.




lunes, 12 de noviembre de 2012

Imaginación




 Yacek  Yerka                                       


Sin ella poca cosa seríamos
hasta veríamos el final en el comienzo
la pésima nota antes de romper el instrumento
el moho exacerbado en la piel de nácar.
Exista siempre ella para prolongar el sueño.
Tomemos sus manos de estrella
sus alas manantial del aire
y procuremos domar el giroscopio de la duda.
Estoy seguro que de no estar ahí
todísimo muy poco duraría
los nexos se hastiarían
y algún urgente conciliábulo
sería una flor sin polen ni color.
Haya siempre esta rueda para dejar
mi tacto dentado, pero sincero y dueño de mí
huido al mundo, hacia los no envejecidos de actitud.
Toco a su puerta cada día, evito sus trampas, sus nombres,
cifras redundantes escorpiones del silencio,
la rígida señal de una burla que nunca lo sabría
(con diferencia se vuelve dulzura).
Por eso, exista siempre en el paso marchito
que devuelve una paloma rota,
¡quedenle ganas de protegerme
en su impertérrito y lozano vuelo
que logra bendecir mi vida!



viernes, 26 de octubre de 2012

Debajo del bolsillo izquierdo





¿He dicho que este perfil no tiene tacto y su materia, huesos son de aire?
Nada somos ahí, adobados por cálices fantasmas,
sólo imágenes guardadas e hirsutos contornos
que en secreto, acatan las más despreciativas sombras
desorientando al ciego y nunca al sordo
que escucha vidriarse su emboscada náusea.
Ahí no somos nada, excluidos del roce venidero
por un júbilo dormido del descanso más horrendo.
Nada somos, bah, se requisa el movimiento,
y la luz más presuntuosa se hace un réquiem sobresalto.
Pero, después de andar deshilachando el espesor de la alegría
¿quién oculta su encaje cuando el ala de la muerte se atraviesa?
El éxito del ángel resignado al viaje ya no exuda su virtual nobleza,
efímero halcón, aristarco de echada realidad e intocable honor.
Como el ojo de la flor no extravió la certidumbre donde somos todo,
sabiéndonos ungidos del hato que nos prueba, debajo del bolsillo izquierdo.