miércoles, 11 de julio de 2012

Durante el espejo





"Y el eterno deber
habiéndole cogido de la mano callosa..."
                                Lubics-Milosz

(Otra vez a mi hermana de las letras y eje de mi impulso, Adela C.)

"Ahora vemos por espejo,
 obscuramente"
                   I Corintios XIII, 12


                                          Juego. Mariano Rodríguez


El hipócrita dibujo en el cristal
no conoce el día manso que quiere ser ungido
y la mirada casta de un reproche emboscado y sordo
edificando ciegos rumbos prevenidos.

La negra espuma jadea como bestia sólida
en mis páginas, lágrimas por olvido en un cajón
que desencalla aconsejado, lo que soy y debo hoy establecido,
razón que espacia indefensiones y apogeo del silencio, del vacío.

Hace años sufría la pasión cuyo cuerpo es un latido
y desconocía aún la forma de honrarla sin llovizna.
Sospecho ahora que dormida está mejor y cauta, vista de planta,
en flor tímida y disgregada ante Dios.

¿Mortifica el más limpio éter de mis coágulos
crecido cual grito gradual, que se levanta fiel y peciolado?
Es un instante en el que el milagro viene velador
y recíproco mi corazón hermético, lo secunda huraño en piel.

Pero hay un manantial  humilde en lo recóndito de tal espesura
y lo comparto, gota a gota y emerge el beneplácito inocente,
que desteje los humos y reparte crepúsculos de alianza
y tacto amaternado de la fe, que es amistad testigo de mi árbol.

Y no aparecen mis sueños esta noche,
el cristal no es tan bondadoso
y mis gracias sencillas contemplan restos del vestido floral,
la pegajosa compañía de la mano que me tiende esta dicha,
numerada de mirar el tiempo en hojas cristalinas.

Nada será mi pulso, eso lo sé, pero si me tientan con supuestos;
detrás del sueño, aun goteando su plantel escalonado,
el substante cristal cerrará los párpados nevados en agria memoria
y llegará con hueco la música y las manos utensilios a manchar la piedra,
para sostener la tapa sin sentido de tanta claridad.




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