jueves, 12 de julio de 2012

Música de larga distancia



"...pero yo sé que cuando surja el grito doliente
de mi canción extraordinaria
tú habrás de estar allí presente."
          José Manuel Poveda
                                               (A un amigo en la distancia)




Me declaré un día un hombre vacío
y el bolsillo estaba agradecido,
a fin de cuentas, la blasfemia vino a inspeccionar mi templo
y requisar los cubiertos y cristales en carromato sin vergüenzas,
pero nunca supuso mi universo duplicado escalando la memoria.
Cabeza liberada y pronto flotaría entre nubes de acuarelas.
¿Qué podía hacer la afrenta y el dinero contra la pureza?.
Los últimos zapatos volaban tan gastados por su boca,
que la vulgaridad me observaba admirada, silencio de mi carne;
y yo era una variante suicida de mis actos.
Sí, ya sé que respiro hoy tu vida opuesta
y que mis luces de ayer son ecos perdidos,
y faros tristes envejecidos de boleros, aunque nunca pediré
que te arrimes a esta armonía transformada,
desafío atemperado en agitada gleba de su aroma
y puentes de digestivas mansedumbres.
El árbol de lluvias sin manuales fue mi libro, la biblia risueña
que dispuso de mi alma donde halló mi música…¡ay, mi música!
¿Crees que habito la corteza de esta ciudad?.
No, asere, para sentir una ciudad necesito amplificar
ruido, agobio, tensas miradas y aplastar las pupilas de la muerte,
dejarme caer en un río de nubes amatistas…
Sí, ya imaginas que me reanudo en tu vida opuesta,
respirando tu callada luna endeble y esas melodías
repitiendo vehemente tus historias, sin tocar mi puerta segunda
ni temblar en ríos biográficos….de manera que interrumpo aquí mismo…
¿no estás oyendo?...es ella que no miente, un telón destruido, una golosina
de mayores solemnes, oídos infelices y muchos padres
rifando hasta su origen…
como si eso se pudiera…escucha:
Asere, amigo, poeta... tómala, pronúnciala,
suspira y canta, baila y cuéntame tu voz aquí mismo
sobre lábaros marcados, donde brilla La Comparsa
en cuajada y distanciada perfección.
No puedo darte más, sólo escúchala....
una oleada de ondinas nos inunda la amistad sin credenciales.




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