George Grosz
Buscaré una avutarda que le de
sus alas,
y subiré a olvidarme del
meditado y tosco suelo
porque sé que sus manos estiban
la muestra del sincero, el que nombra
fabricando robles en su
divinidad.
Me contento con romper la
monotonía
de este cielo soñoliento y
desamparado
y aspirar a un renacimiento
inalienable,
para ocupar un punto cualquiera
en su pupila.
No deja de gritar ese aparato,
geométrico y angustiado impone
sobras
encrestado y poderoso, descomponiendo
el gasto luminoso de costumbre
ciega.
Ya le veo relampaguear resentido
con mi ave de la suerte, la
partícula de dios
y le toma el pulso a la carne
absoluta,
perdiéndome en sus largos
destellos
de portar inútiles dentaduras.
Ella y el vuelo, todo está en el
mismo sitio,
o sea, que el sueño no es más
que la llama
nutriente sembrada del amanecer.
Vuela otra vez, bebe de su
asombro disgregado,
transcurre en la fotografía
rezando claridad.
Me conformo con estrenarle un nuevo deseo
con el próspero café sin fondo
de la moratoria,
caído dentro, donde el imaginado
aprendizaje
goza del único utensilio de aire
oscuro
o la caricia que pace, untura
del paisaje,
fluente de ahincada avutarda, con
la impronta atajada
y un deshecho rebaño de
arrinconadas alegrías.
Comentario de Gerardo Madrigal Sánchez el sábado
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Gran poesía. Te felicito.
Comentario de Norma Alicia Estuard el sábado
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¡Muy buen poema como siempre Manu!abrazo Norma
Comentario de Olga Lucía Florio ayer
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QUE BUEN POEMA MANU. AL ABBRIR LA PÁGINA LO PRIMERO QUE VEZ ES EL TRASERO DE LA MUJER, JAJA. Y ME IMAGINÉ EL POEMA. PERO MUY BUENA PINTURA ESTA. GRACIAS POR COMPARTIR.
Comentario de Adela Corporaal ayer
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Evadirse del mundo, salir de la cascada de la vida e ir hacia un lugar donde el rencuentro con uno mismo sea una simpleza, un atavío del corazón que busca su lugar.
Fascinante poema, como siempre, llega a lo más profundo de mí.
Un beso, Mano.
Adela
Comentario de Marysol Salval ayer
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Parece ser que ahora coincido con Adela...Evadirse de la cotidianidad, dicen tus letras, para encontrar refugio en un lugar más alto, en el sacro encuentro con uno mismo. Precioso, Manuel, me encantó.
Comentario de Aur R.C. ayer
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La costumbre. Maldita costumbre la de acostumbrarnos a la costumbre. TY tú, en tus letras, vuelas y vuelas alto, muy alto, para como todos, muchas o algunas veces, escapar de la cotidianidad que asfixia y ahoga.
Gracias por compartir. Siempre es un placer leerte.
Un saludo
El tuareg
La TV a veces nos distrae de los asuntos más reales e importantes. Yo no le abrazo, pero ella insiste a través de mis hijos y se cuela en mi soledad para "iluminarme". No estoy acostumbrado a estar separado de ella (llevamos veinte años en eso de convertirnos en un solo cuerpo), por lo que cuesta respirar esos momentos en que aparece el deseo de tenerla en mis desiertos (ha tenido que trabajar en estos meses varios días sin venir a casa y todos los fines de semana sin legarse por aquí) entonces me he descubierto sombras insospechadas en medio de mi variante escasa. Pero hasta el cielo me parece más bajo y le exijo más altura para aplicar el vuelo, las inquietas imágenes que van quedando en mi sorprendida soledad.
ResponderEliminarGracias a todos por esos comentarios. Los abrazo