domingo, 8 de julio de 2012

El encuentro que está en mi mesa de comer


"La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece
en la tierra buena de los humildes."
                                                              José Martí

"Todo está dicho ya, pero las cosas, cada vez que son sinceras, son nuevas."
                                                              José Martí
              (Para una hermana)

¿Qué nos trajo el destino de su pesada carga?
No sé medir coincidencias a distancia
pero sí la voz tragada por los ojos,
sí la imagen que los oídos no rebajan
y es la misma al cambiar lugar.
Todas las disposiciones quedaron al habla
en muro nuevo, estratega del sabido tiempo
y comunal sombra tecnológica, que se hizo cristal;
la música anterior se pierde para siempre
porque ahora los dulces instrumentos
vuelcan los escenarios proyectados,
diluyen las marcas de aquellos lentos caracoles
que obstinados describían mi torpeza;
y el encuentro trae amor y crece sin el disparate
de cerrar los ojos y pensar en otra cosa.
Adoro desvelarme servido de mi alma
ataviado en el premio de mis párpados creídos
y soy un pez que ya no nada, sino un todo de alegría diurna.
Anoche, a los ojos que tuve en mis dedos
le crecieron uñas complacidas, las descubrí en caliente,
esperando este gesto relámpago encendido
y ocuparse ciegos, sólo de flotar le vino como anillo...
Ahora brilla esta mirada que estuvo descargada
y la sonrisa es pecho, escalera, reloj, casa, oro,
este piano que cae de una nube y brinda en mi taza;
oloroso café que amputa sinsabores sobrados del recuerdo.
No tengo remedio para enredarme en cariño
y me escapo del blanco de mis padres
con hoces silenciosas en mis ramas
¿lo sabrían entender ellos…?
ya inventamos otros sentidos
y cantamos rociados de espíritu,
nos pinchamos al unísono esta carcajada
que renuncia al mate, "que no es yerba"
para absorber la justa invocación
de este volumen complacido
como la flor más absoluta.



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