domingo, 24 de junio de 2012

Un ave tan vulgar



El pota blava* en sorna me despierta
no es el mismo, no, ya no exhibe
su fogoso redoble ni expulsa su garganta,
sordo en mi silencio transfundido
tartamudea con dudas y tensos músculos
emplumados de cresta caída.
Toda perspectiva es absurda
en mi distancia la visión duele
negando las carencias;
amanece plúmbeo y asolado
en leve abundancia, pienso...
mi alegría cae sorteando las neuras,
en la fila de cuatro aviones
disfrazados de regreso.
El sol manipula la sombra,
genuina y duraderes ella,
siempre es ella dibujada en negro
mientras acomodo mi síntoma cotidiano
que en mi córtex, parecía tan sublime
y lloro sin lágrimas, lo que cuenta
es el tormenten esta màquina del tiempo
que me deja una imagen alegórica
sin visa a la claridad.
La nostalgia venenosa, el quien perdido
que asume su brocal.
¡Ah, otros en cambio, tránsfugas, deformados en la separación!
y ahora este agujero desmedido
sin guardarse un ápice de amor.
Desparrama grumos el cielo...
espinas de agua empobrecen
la raza y el ritual del mismo gallo
que hoy, donde vuelan mis ojos trasnochados
es un ave tan vulgar
porque no está conmigo.



*Pota blava: (en catalán Pata azul). Gallo, raza endémica del Prat que se caracteriza por sus patas azulosas



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