lunes, 25 de junio de 2012

Sonrisa guardada



 
Hoy su reverso
masca un crítico susurro
y ha disminuido entre los labios,
en las encías que ya no se declaran.
Lo bello que es el gesto
venciendo la comisura
que hoy se posa en los tejados,
a la espera de un relámpago
o del brillo entusiasmado
por un disparo en meteorito.
En sus señas impotentes
pondría una flauta,
arrancada del viento
más semejante al recuerdo
de esa boca, donde nunca nieva
pero de blanco tendido
en mis firmes
mis sucesivos
mis evidentes reflejos
experimentando deseos.
Claro que ella ha de querer motivos…
yo también los necesito como el aire
del caramillo imprescindible,
que no llego a divisar
y ya empieza a preocuparme leer
tantos arabescos comparecientes
como un rastro de enyugados nervios;
pero hoy, cuando el viejo Jawlenski
se fue a alumbrar el sueño
entre loores fecundos de mis ojos,
tuve conciencia de la huella del robo
que se le hace en la cara
y me alegré rendido a su forma caprichosa,
seria, arrendada en el silencio
de invisibilidad reluciente,
apremiada en sus dos flancos noticiosos
por fieros lobos enredados
en los rieles maxilares
y sin dar paso a la alegría de siempre.




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