domingo, 24 de junio de 2012

Alumbramiento



 (Cuando no está el ser amado, viene la soledad a comernos como sobras y encendemos la imaginación)


Presencia ebúrnea, la imaginación
remota gracia  voluntad,  mis primeros ojos
ahora distantes, leves brillos que bailan en silencio.
La pared es mujer y me contempla
del techo un vuelo ligero, el desnudo
cae encima, ramas serenadas la música,
golpes de aguacermuy lejode un jardín cumbres,
callado eje de la luny arquitectos árboles
de mis pasos juego posesivo.
Abrevo en sombra rota, pulida
con agua pura dolorosa.
Recuerdo, sólo espero y recuerdo
el sentido, el acto puro;
he puesto mis ansias en su cuerpo,
contorsión interminable.
Sólo ahora mi fuego estupefacto:
constante, transparente en mi presencia
deseo rodeante cruel reemplaza
correspondiendo la misma imagen obsidiana.
Sus ansias me miran
imaginando el tamaño deformado
relativo a su forma redundante, 
empecinada en ponerse mi sonrisa.
Esa mujer, virtud de mis desvelos
y pintura que ansía me propale al fondo
definitiva pared como un clavo profético
en su carne traspasando el hirsuto alumbramiento.





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