sábado, 23 de junio de 2012

Mi vieja casa


 "...Esta noche he visto lo poco que pagan por la vida,
y tú y yo lo ignorábamos..."
                                 Luis Rogelio Nogueras

Los ojos de antaño manan
de la abstracta caracola que no aprende
a borrar su acuosa huella tarda,
bajo los féretros del tiempo.
Y en palabras de expedito polen
que el silencio le deja hacenudos
al cantero de garganta.
Conozco esos ecos rasgados
como un hábito de puertas clausuradas,
e imagino la idónea complexión
elevando sus voces, descubriendo
la ternura exacta de la luz standard.
Esta vieja casa tan nueva y soleada desde siempre
y exasperada en la campiña, en las notas del mar,
o en la muestra de mi leal radiografía
que predijo el exilio tósigo.
Su quietud sólida nunca me evita airado;
y en el llano arado de esperanza
delata la sombra estridente
del blancor de un camposanto.
Entonces la creo abordar
por otro rumbo y le adivino su argamasa
al fondo deshabitado, su mapa simple,
la embriaguez de impúdica conquista.
Y ya que la he visto de por vida
abro su verja y le estampo mi peso
ilustrando este dolor, y la alegría del suelo
que ordena motivos elegidos
para hacerlos funcionales.
Mi vieja y renovada casa
abre sus cotas y cristales lúcidos,
para desasir los alciones del sueño
y surtir albores, en la frontera incognoscible
que protege la misma colección
de esta elegida unidad sin horizonte.
La paciente urgencia
me resucita siempre tanta felicidad ganada,
ligándose al hogar como un viento amigo.


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