domingo, 24 de junio de 2012

Isla con rejas


ISLA CON REJAS


( Dedicado a mi hermano J. Raúl que aún tiene su risa rebotando en aquel portal...)



Se muestran gastadas las imágenes,
el presente una tempestad de arenas movedizas
los rostros son serpientes furiosas que no burlan su lengua
las nubes, alcobas sangrantes por la espera.
¿Cuánto más...?
Hay paredes que gritan por sus poros manoseados
cinco capas de tonos distintos, cinco décadas suspirando deterioro.
Hay barcos anclados en las azoteas, los cielos divididos
grises en sus retablos y los gozos indecisos en el casco urbano.
El peligro son tristes aglomerados, emparejados familiares
en horizontes vivos de contemplación
¿y el trabajo?
Las ruinas al final levantan amores imposibles
es ilógico conservar los mandamientos, quizá en lo posible
el trabajo les ofenda y la gente prefiera borrarse de una duda.
¿Y el odio?
la vieja asignatura advenimiento de rarezas
vanidades de la comodidad y sentido práctico de vivir,
y se sigue suspirando, la ilusión es una quiebra...
música al comer, baile al despertar, fiesta sin poder
primitiva y recostada magia que pende
como una pócima menguante de la lengua exacta.
Premeditadamente partimos a la muerte, lo sabemos
el amor decrece, y se oculta entre los sueños verdaderos
que caen perseguidos como cérvidos.
Una flor se conforma encajada en el pretil art decó erosionado
es una flor sin aleteo, una simple flor, muy alta y sin barrotes
una dulce flor en la memoria, en una marchita escena del puerto
expectante en sus amarras de zureo compasivo.
Cruje asustada la entrada, es una puerta viva, aún con resina
de umbral evanescente que trae un aura agónica.
Nada un paraguas solitario, una prenda útil, deficitaria
que todos miran nimbados por las nubes
y es un lujo poseer tal bóveda de rayas heladeras
la mano sostiene el trofeo, lo exhibe, es un regalo lejano
los demás lloran la lluvia, frenéticos, incandescentes
bajo truenos y risas derrotadas
¡¡coño, es un paraguas!!
Todos sin exceptos ponen su corazón en la mirada
de un camino inacabable bajo el fulgor de un cartel que vocifera: ¡¡libertad!! y miente por enésima vez.
El amor divide la agonía sin pensar en nada
sólo el tacto enternecido
los sacrificios son seguros, más,
a través del rastro del aliento y los renglones del naufragio
sin orgullo de nativo, herederos de algún viaje
a cualquier raza de horizonte.
Digo: "Isla con rejas" y sale una guayabera, un puro humeante
unas tumbadoras cabalgantes y el eufemista defensor de las conservas agrias.
Casi nadie pisa nuestras sendas desgranando borracheras
ni tal desolación
y huidas tan severas sobre el mar,
Mucho más fácil el mulato culo arrabalero y la ingrata abnegación
con el cocotero que no piensa en los azotes de la ventolera
mientras el mar se atormenta en nuestras costas
el exilio promueve floraciones
el alcohol sobrevive en el ocaso y la espuma es notoria, (estado sólo aparente)
más que el mismo hombre y su calvario, un insecto atormentado
cuando se vuelve un confidente de la lluvia.

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