sábado, 23 de junio de 2012

¿Dónde estabas?


"...En el bosque melancólico
Vive un Dios enfermo..."
                 Edith Södergran, "Bosque oscuro"

      A la poetisa y amiga Adela Corporaal ...                                                                   (una hermana, mi partner en nuestro libro "Piedra de toque)

Frágil
y dulce melopea
yendo a las cuerdas de este florilegio:
El tiempo tiene faros en sus puntas habladas,
pólenes despiertos de la intimidad.
¿Quién podría imaginarlo en esta selva?
Que tu voz a medias
leyenda fuera en arcos infecundos,
por este radicar de aciagos aires
y remoto trigo astroso.
Sobre mis hombros 
un río de lluvia tardía,
pero el caudal contorsiona
a la forma de este origen:
nube, lindero, surco, lazo,
todo instante detrás
de esta veraz radiografía
sobre arambeles del ocaso. 
No cuelga yescas tu hermosura.
Acapara otra la confianza estirpe;
la blasfemia del extremo oasis
es ágora rígida de anfitriona insulsa.
A mi sutil desierto, sin embargo,
tu majeza es cúspide
que arredra al último gorrión
y responde un carnaval
en rojo aposento remozado,
o deshaciendo grumos pensativos
desde un zumbido psicoanálisis.
Mírame a mí...
Te digo que el futuro no tiene extremidades
y a veces el caos es bólido por barrios.
Por eso sobreviven los paisajes
y el libro de armaduras, se vuelve un moscardón 
de lomo blanco en lienzos insolventes.
¿Dónde estabas?
Mira, gran mujer, míranos...
que al corregir mis olas acabé en peligro,
sobre esquifede otros mares más errantes
y carreras inciertas, en postura escita
u otoñales peces del cemento.
No quiero que malgastes arroyuelos
entre nidos arreboles, sin cargar el déficit
de tus ojos cobertizo.
Te he mirado desde lejos,
dentro de recuentos vivos y viejos de mi amor,
aunque no fuera amigo ante notario;
el vuelo he tejido a tientas,
mientras el salitre dentelleaba el acto
o argüía su vigor.
Lo que has llamado adustez
las aves lo amansan con sus alas,
una vez perdí tu estampa;
imposible imaginarte implícita
en los amigos de Cortazar
livianamente hermanos.
Tampoco en la vigencia y haz
del corazón... ¿ya sabes...?
por El lado oscuro, aquél...
fuera del núcleo de nuestra gruta intacta
y escuchando hornear cada boceto.
Nada hay más arriba de los sueños derivados,
ni siquiera los túmulos elevando su jornal
dentro de aldeas insólitas del alma.
Yo no quiero ser un sonido más grandioso,
no pretendo cambiar enjundia
a esa luz astral, sólo ahormar
la liturgia votiva en yerba inédita, 
bajo mi llegada plateada florecida.
Simplemente eso, cerrar los ojos,
verte ahí con tu mago adjunto
y volver a respirar cautivo,
el papel solar.


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