Sisley
(De mi visita a Alemania)
El
mundo sin sol es también radiante
desde
aquel alféizar en Kadenbach,
que llorosa nube de calado párrafo
ideó paisaje, con ojos haciéndole
fondo y color en mixtura profanada.
Apreciaba
el equilibrio, alianza de silencio
y ya
nada me sacaría del susurro lenguaje
en bosques
sedados, ni de la encomienda
de
motivadas zapatillas transportadas.
Supe
entonces aquélla anómala improvisación
o de
la vulgar confianza, apeada allí
en el exceso hurtado
de cumplido,
y me puse un abandono anárquico
en sienes de amuleto, este carnaval
sin hábito incitador de molestias.
Todo
lo que se destilaba del frío lúcido
había
sido arrancado del razonamiento,
hasta
el tiznado comienzo del pan
junto a la nieve crecida
en los tejados disparejos.
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