lunes, 13 de agosto de 2012

Aquellos hombres


                                           Salvador Dalí



Vagan  huellas de ciertos hombres
proclamando voces maldicientes
a cualquier hora, sobre la esencia gris
de una ciudad, que se vacía por la misma causa.
Sus pasos, sus quejas y utopías de abismal tristeza
son lo que no escucha bojear tanta sonrisa,
donde concurren la exención y el límite
y su instinto a medias, en el hueco de consignas
que cambian la intención vasta del influjo
y víspera del tiempo, turbia máquina
que certera hilvana, retumba pensando
en el reparto existencial: sueño-amor-necesidad.
¿A dónde ir a descifrar enigmas?
ya no les queda inocencia, a cualquier hora
en cualquier ciudad, cualquier hombre capaz
del tacto cobarde por una causa miserable.
Y se desnudan sin rumbo, ni esperanza,
casi sin sendero, en los orígenes casi de su creación;
aquellos de intrínseco vagido y miedo
coloquial incontenible sin reparto,
entregados para siempre a borrar
la delineada emanación de limpia mujer.

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