lunes, 13 de agosto de 2012

Contaminado padecer


 El diario acontecer de mi taller contaminador

                                Nayra López Matos




Tóxica mugre
entre dos ventanas que se oponen
y moribundos mis ojos, sin comulgar
en la dañina costra.
Me asiste la razón de los flamencos
del verano, tañidos rosados, orgullo 
de mondos y afónicos mangles supeditados. 
Artesana la mirada, elige de un paisaje 
su estampa que me pide despegar, 
sobre las plomizas suciedades
de atrapados sodios
y venenos presuntuosos.

Me inflo con aire marchito
y al fondo le asusto claridad que corro...
ya me iría con su amable risa
contaminada para algunos.
Los alcornoques retozan 
ignorando la benzalacetona
que intenta el control con arrogancia, 
los ácidos gobiernan.
La primavera me busca 
cuanto más adentro e imagino 
un cuadro en  los bodrios invencibles
de la sosa o en sus barros 
de triste ebullición inalterable,
ya que vibra de emoción el pensamiento.

Crisis en vastos corazones necios
y la nube baja nunca asciende
atingencia del buró que lleva altar
inoportuno: un mes cinco buenas manos...
y el siguiente, al descubierto 
eramos otra cosa, tres fuerzas que quedaron
alzadas dentro del maldito polvo negro.
Yo mando, descompongo la maldad
lanzando mi amor como un remedio 
de alegre resonancia, sobre el ruido
y la desarmonía que apaga su instrumento.

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