Picasso
Ya están los dos balandros
que no sufren de chocar sus sextantes
y quillas en ponientes del alcohol.
Nunca en barrunto se quejan
siempre mansos, aguardando el beso estrella,
que elude sufrir estos bandazos
del tiempo en doble bruma.
¿Dónde puedo posar este giro que no duerme?
¿Qué hacer con el pájaro que ladra?
El viento yerra otra vez hacia otra parte
y mi conquista es un lenitivo mar
que, sin embargo, no se a movido
en mi atuendo de tormenta.
Comentario de René Ricardo de la Barra Saraleg el sábado
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Muy buen poema, Manuel.
Comentario de Marysol Salval el domingo
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¡Qué bello poema, querido Manu!...Las metáforas que utilizas y la riqueza de palabras me lleva a navegar por ese mar que te sucede....
Comentario de Aur R.C. el domingo
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Un poema hermoso, esa búsqueda del mar que apacigüe el sufrimiento, esa metáfora vida y balandro, su dualidad hace que nos sumerjamos fuera del mar proceloso.
Muchas gracias por compartir, como siempre es un placer leerte
Un saludo
Un tuareg sabe que el cielo, el infinito cielo es la inmensidad de la historia conque nuestros ojos lo ven.
Comentario de Jose Ramiro Florez Mendez ayer
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Muy bueno, un abrazo.
Comentario de ANA MARÍA HERNÁEZ ayer
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ME GUSTÓ MUCHO ESTE FINAL AMIGO
¿Dónde puedo posar este giro que no duerme?
¿Qué hacer con el pájaro que ladra?
El viento yerra otra vez hacia otra parte
y mi conquista es un lenitivo mar
que, sin embargo, no se ha movido
en mi atuendo de tormenta.