domingo, 16 de diciembre de 2012

Afato


 Tivadar Kosztka



Pasarela de carne y del entorno.
Tranvías cosiendo heridas de la calle.
Árboles simiescos con muñones y bolitas
y huelga de erres: ramas, robustez, raciocinio,
ruiseñores labios en huelga de trastienda
y supina estupidez de caraduras.
La ligereza del aire que observa
guaguacon su otro nombre,
nueva vestimentamenos metralla
por sus fiables panzas envidiadas
en cualquier metropolitana cicatriz.
Caníbales honrados pero hambrientos
de amor arrendado también en la mañana.
Quijotismo comerciante con greyes
engañados, entre reformas frías
para aventones tórridos.
En lo que sudo mi orilla y me desvelo
les veo, desde mi afato de avalancha turbia
que pierde luna y se aclara:
mi historiauno más mirándola rondar;
el dorado revólver nos rondaba, la verdad
dicha a martillazos a conversar.
-suerte de mi espíritu sincrónico que cruje-
Este alcornoque que cumple otro año
en mis casillasembrando mis escritos,
el libro que esconde en sus anillos,
su cáscara dócial crepúsculo 
y el peso de mis arreos con vendavales
críticorecorriendo la oquedad
del tallo de mi vino acompañante.
Mis ojos ejecutan su verde de árbol
en mi corazón todo lo posible.
Una mujer, la misma y los otros, los mismos
los que ni se quieren y especulan y se juntan
cuando dios los separa con justicia.
Irreparables imbéciles los mismos buhoneros
que orinan de súbito guirnaldas
de agua sola, sobre la caída sombra
donde ruge un sol que duerme
huido también de la ciudad,
mientras ni siquiera pienso esta navidad.





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